Para D.W de quién aprendí que Dios nunca te lleva donde la gracia no te alcance.
(Jueves nublado, día bastante choto, esos días que estás de mal humor y no sabes cuál de todos los motivos te tiene así; pero por suerte acompañada por una de mis tantas amigas de fierro: Mari De Vido).
(Jueves nublado, día bastante choto, esos días que estás de mal humor y no sabes cuál de todos los motivos te tiene así; pero por suerte acompañada por una de mis tantas amigas de fierro: Mari De Vido).
Fue justo saliendo de la
Iglesia Nuestra Señora del Pilar, cuando un
señor, de poca edad puedo decir, me toca el hombro preguntándome:
- Disculpa la intromisión, ¿vos estuviste en Carrefour el Domingo? (no me
acuerdo bien que palabra utilizó, estaba anonadada ante semejante situación, de hecho puedo recordar sólo simples detalles
del momento).
- Si, ¿por qué?
- Estaba detrás de ti en la cola para pagar, y al escucharte hablar con
una señora sobre tu enfermedad, quise darte éste regalo, sagrado para mí
(mostrándome un rosario que saca de su bolsillo). - Te vi, y supe que eras vos
la indicada, a quien debería dárselo ya que me imagino por lo que debes estar
pasando.
En ese momento, me saco los
anteojos, miro a mi amiga desconcertada, y recuerdo automáticamente lo que el
padre me había dicho minutos antes “tranquila, Dios te
va a enviar señales y va guiar tu camino”; las dos,
asombradas ante tal situación, nos asustamos un poco. No entendía el por qué,
el cómo, ¿por qué yo? Quería saber todo,
pero mis lágrimas fueron más fuertes y no me dejaron siquiera decir una
palabra.
-A ver, comencemos por el
principio me dijo -¿cómo te llamás?
- Flor .
- Bueno Flor, sé que estás
luchando contra la leucemia. Me consta al notarlo con cada lágrima que se desliza por tus
mejillas. Porque esas lágrimas también las sufrí yo, durante mucho tiempo.
Cuando me detectaron la enfermedad, me hicieron quimios, rayos, trasplante y
nada funcionó. Lágrimas de tristeza ante tantos golpes, y de felicidad antes de
dormir, cuando conversaba con Jesús y le pedía solamente tres cosas por las que
quería seguir viviendo.
El joven seguía hablando,
mientras yo lloraba y mi cuerpo se ponía cada vez más ansioso. Muchas preguntas me abrumaban, literalmente, no sabía qué pensar.
De pronto saca el rosario, rojo
y con aroma a rosas, y me dice: - Éste rosario me salvó la vida. Después de dar pelea por tiempo, me cansé y decidí entregarme a Dios ya que Él sabe lo que
hace, tiene para cada uno preparado un camino
y una función. Como último
regalo, le pedí a mis padres viajar, conocer; que me lleven a Europa. A mi
regreso, un amigo me trae éste rosario bendecido, que te lo voy a dar. Fue el
momento exacto para darme cuenta de que es Cristo quien se nos aparece de las
formas más misteriosas y únicas, para hacernos recordar que Él siempre va a
estar de nuestro lado y no se nos despega ni un segundo, aún en esos momentos
que pensamos que todo está perdido. Es en ése momento, dónde uno debería hacer
silencio y dejar que Él hable desde lo más profundo de nuestras almas. Con el
paso de los años cada vez estoy más convencido de su Misericordia.
Yo lo miraba helada, no podía
emitir ni un sonido,
exceptuando el de mis lágrimas tratando de contenerse.
–Veo tu dolor, veo tu mirada, y
tu voluntad; sobre todo me veo a mi hace unos años atrás. Justo ese día en
Carrefour no llevaba el rosario conmigo. Por lo que recé noche tras noche para
poder cruzarme con vos otra vez, y acá estas. Se ve que Jesús complació
una vez más mis deseos.
Quiero darte éste rosario, porque me parece que sos la indicada y ahora quizás
lo necesites más que yo. Cuídalo como oro Flor, porque a mí esto y Dios me
sanaron; ya no tengo más cáncer, y nadie le encuentra una explicación. Solo sé
que hace más de quince años estoy vivo, y cómo se lo prometí a Él , con el
tiempo transmitiría mi testimonio de vida, para que las personas entiendan que
los milagros existen y la que la Fe mueve montañas.
Después de escucharlo
simplemente me quedé sin palabras, entonces lo abracé y le agradecí. Fue una señal enviada, que nos dejó a mi amiga y a mi pensando como
diez minutos, en silencio, inmóviles. Mientras volvía a casa, mi cabeza no
paraba de maquinar; pensaba y pensaba: ¿por qué yo? Era otra señal, que Él me mandaba; “dale Flor, a seguir, a pelear”. O
bien, como dicen los
médicos,” estamos a mitad del río, o lo cruzas o te estancas”.
Hoy, a casi cinco meses del
trasplante, puedo decir que llevo el rosario permanentemente, rezo por VOS, que me hiciste saltar veinte
escalones, me permitiste
encontrar un nuevo amor, el de Dios, al único que entrego mi vida, mis angustias, mis miedos, y mis
deseos, ya que por primera vez siento su paz.
Me caí varias veces, pero ahora
sé que tengo el coraje de volver a levantarme. Y como dice la música de Calle
Trece, que tanto me gusta “ (..) ya no corro,
le salieron alas a mis
botas, mi cuerpo navega por el aire, flota. Voy contra todo, hago sudar al
viento, cada paso que voy va narrando un cuento… Hasta mis hazañas se asombran,
mi historia me persigue por que la convertí en sombra.. y los DESEOS me vieron
nacer, los arboles me vieron crecer, el Océano me vio navegar, las estrellas me
vieron CRECER (…)"
Como cualquier persona, hay
días en que uno está triste y cree que nada tiene solución; pero es allí donde
se debe aferrar a algo. En mi caso, y creo que en la mayoría de los pacientes que estamos atravesando esto, es la fe en Dios, uno de esos “empujones que te da la vida”.
Sinceramente, no sé el motivo del encuentro de ese día, pero sí lo tomo como
una señal y una historia que merece ser contada. Como bien dijo mi joven amigo,
Dios tiene un plan para nosotros, sólo hay que descubrirlo. Por lo
pronto, yo me encuentro en ese camino de búsqueda, y no voy a parar hasta
encontrarlo.
Espero que éste testimonio
ayude a muchas personas, como me ayudó a mí. Y a pesar de que tengamos esos días feos, dónde uno ve todo gris y cree
que se acaba el mundo, poder mirar alrededor y descubrir que hay personas que
irradian luz, te tienden la mano y no te van a dejar solo.
¿Qué pretendo para mi, cuales son mis verdaderas pasiones, a quien elijo para que me acompañe en ésta nueva vida? Son
preguntas que me hago todos los días, y
con el tiempo las iré respondiendo.
Y por supuesto, antes de
dormir, repaso mi lista de deseos, que como ya mencioné, desde el 24 de Abril
del 2014 cambiaron
totalmente de orden.
Gracias Dios por concederme el
honor de conocer a
tantas personas nobles y de gran corazón como D.W. Y especialmente, gracias por
enseñarme a ver tus señales que me permiten consolidarme y decirles a todos,
que a pesar de lo dura que por momentos puede ser la vida, si uno pelea, se
puede, con fe en Dios, cualquiera sea la forma que lo conciban.