jueves, 3 de diciembre de 2015

“Aunque supiese que mañana se acabe el mundo, yo igual plantaría mi manzano hoy”

“Aprender a VIVIR, empezar HOY Y AHORA, y aceptar la voluntad de DIOS. Palabras que sanan. Por el padre Ignacio.”

Lunes 23 de noviembre del 2015;

   Lunes, tres de la mañana y sigo despierta. Si vieran mi cara, se asustarían. Mamá y Maca (mi hermana) me dicen:

Maca: -“Florencia, por favor anda a dormir, tenés cara de zoombi”
   Mamá:-“Florencia, hija, intenta dormir, descansá, tenés los ojos como dos huevos fritos”.

   No es que no quiera dormir, pero quizás ellas no entienden que ésta semana me internan para iniciar un nuevo tratamiento, para arrancar de cero otra vez. Eso significa estar internada meses y meses en una habitación de dos por dos.

   Lamentablemente, hace una semana tuve que escuchar por tercera vez que los médicos me digan que el tratamiento no estaba funcionando, que mis Lucesmias avanzaban y que iba  a necesitar hacer quimioterapia y un nuevo trasplante de médula de manera urgente.

 ¡A la mierda pensé!, ¿Tanta mala suerte voy a tener? Creo que mis lágrimas, acostumbradas a las malas noticias, cayeron por mi mejilla antes de entrar a consulta.

   No tengo otra opción más que internarme y comenzar otra vez. No me muevo de Capital desde el veinte de Enero y cuando pregunté si podía ir a Formosa unos días para estar en mi casa, en mi pueblo querido, con mi familia, mi perro y mis amigos, me contestaron: “No Flor, es urgente, no hay tiempo”.

 ¿Qué loco no?, pienso todas las noche. Voy a pasar unas fiestas “anormales”, en Fundaleu, quizás sintiéndome muy mal por la quimio; ¿Y mi familia? Se va a tener que comer el garrón también lastimosamente. Un poco de culpa me da, no voy a mentir.

   Con esto que les cuento no  quiero dar lástima, porque yo no me tengo lastima, entonces mucho menos voy a dejar que los demás me tengan. Sólo se lo cuento para que vean lo afortunados que SOMOS. Si SOMOS, me incluyo, porque sigo viva y porque estoy rodeada del amor de mis afectos que todos los días me dan un empujoncito para seguir.

    Por éste motivo simplemente no duermo. No dormí ésta semana y no pienso hacerlo hasta el día de la internación. Aprovecho cada segundo de mi vida.

   ¿Saben todo lo que hice este fin de semana? Me levantaba todos los días a las ocho cuando me acostaba a dormir a las cinco o seis de la mañana, si es que lo hacía; miraba por la ventana el GRAN día que me esperaba afrontar; salía a caminar; fui a la plaza a respirar aire puro; estuve con mi familia; con mis amigos; fui a dar un paseo en barco; fui a la iglesia como de costumbre; en fin: caminé, caminé, caminé. DISFRUTÉ, porque no es lo mismo disfrutar del mejor regalo que nos dio la madre naturaleza que es el sol, desde la ventana de Fundaleu, que tirada en la plaza.

   Si, quizás parezca zoombi porque estoy de buen humor todo el día y con cara de loca por no poder dormir, pero nadie entiende que estoy FELIZ.

 En estos días también lloré. Lloré de bronca, como lo haría cualquier persona, pero también  de emoción. En estos días me senté y hable con las personas que amo. Me senté y pedí perdón, porque en algún libro alguna vez leí que hay que perdonar a las personas que se han portado mal con nosotros, no porque se lo merezcan, sino porque tenemos que sentir tanto AMOR por nosotros mismos, que perdonando es la manera de sanar nuestra  alma y de liberarnos. Para empezar pedí perdón. Y después perdoné. A partir de entonces empecé a aceptarme, me acepté tal cual soy. Me AMÉ, ME LIBERÉ.

  En fin llegue a una conclusión que me gustaría compartirla con todos ustedes. LUCESMIAS me ayudó a ser lo que hoy veinte tres de noviembre soy. Hoy yo me AMO. LUCESMIAS hizo que encuentre a JESÚS, hizo que lo ame y que me entregue a Él, como una pequeña balsita que flota en el medio del océano. LUCESMIAS hizo que escalara veinte escalones de golpe. Ahora VEO la vida, antes no la veía. Ahora AMO la vida. Entonces no veo todo tan oscuro. LUCESMIAS hizo que me ría mucho más que antes; hizo que Jesús y Dios guíen mi corazón porque ya no soy tan egoísta en pensar solo en mí, en mi mundo y mis problemas.

   Ahora, sinceramente, prefiero mirar al costado y buscar a quien poder ayudar. Por eso creo que JESÚS está en mí. No es casualidad que me haya sentado hace unos días a hablar afuera de la iglesia con una pareja que pedía colaboración para poder salvar a su hijita de una enfermedad terminal de la sangre. Me acerqué, los ayudé y me quedé hablando con ellos. Les dí un beso a los tres y les dije: “todo va a estar bien, solo déjenlo en la voluntad de Jesús y Dios”; hasta contuve a un familiar de un internado en Fundaleu diciéndole “Todo va a estar bien, solo rezá y ten fé y esperanza porque sin ellas no hay nada”.

   Y después de todo pensaba, ¿Y yo?, estoy igual o quizás peor que ellos porque mis exámenes hematológicos no son nada buenos, pero yo no me siento enferma, esa es la diferencia.

   No voy a contar por todo lo que pase, porque ya vieron mi video testimonio, solo les quiero decir algunas cosas que yo aprendí en este largo camino al que me enfrenté y lo sigo haciendo hasta ahora:

  • -          AMEN A LA VIDA Y AGRADEZCAN cada mañana de tenerla.
  • -      Pero sobre todo, ÁMENSE, porque si no se aman a ustedes mismos, nunca conocerán lo que es el verdadero amor.
  • -          DISFRUTEN de las cosas simples porque les aseguro que son las mejores.
  • -         No pierdan tiempo en pavadas. Vayan y díganles a su familia, a sus amigos, hasta a su perro cuanto lo quieren.
  • -          RÍANSE, porque un día sin sonreír es un día perdido, les aseguro.
  • -        VIVAN cada día como si fuese el último  en sus vidas. Caminen, corran, respiren aire fresco, bailen y tomen mucho Fernet (BRANCA por favor) por mí ya que por un buen tiempo no lo voy a poder hacer jajaja.
  • -          Y por supuesto, y lo más importante RECEN y nunca le suelten la mano a Jesús  a pesar de cualquier adversidad. RECEN Y RECEN POR MÍ.


   Espero que mis palabras les ayuden a darse cuenta una vez más que la vida es una, y que si no la aprovechan y la disfrutan a pleno NO LA VIVEN. No tengo otra intención más que poder hacerles ver lo que mis queridas Lucesmias hicieron conmigo.

   Y me despido contado un pequeño secreto: no tengo miedo a lo que venga, me da más pachorra que otra cosa jajaj.¿Saben por qué no tengo miedo?  Porque Jesús está conmigo, me protege y me cuida siempre.

Con cariño y amor. Flor

23-11-15 (3:45 de la mañana exactamente).


Éxitos y a vivir carajo!